Cuentos Políticos: ¡El mañana ya llegó!

Cuentos Políticos: ¡El mañana ya llegó!

La tecnología avanza a una velocidad meteórica e irrumpe en nuestras vidas, hogares, empleos y ocupaciones con la fuerza de vientos huracanados. ¿Ejemplos y razones? Empecemos por la industria automotriz: los coches autónomos han empezado a aparecer lentamente en los mercados y ciudades desde hace un par de años. Si antes, en el viejo oeste, un vaquero llamaba a su caballo por medio de un silbido, hoy en día es posible comunicarse con un automóvil inteligente recurriendo a una aplicación y el vehículo, sin chofer, se acercará a donde se encuentre el lector que pase la vista por estas líneas. ¿No es una maravilla? Un bebé nacido el día de hoy sólo verá autos personales en museos. En los próximos dos años se reducirá el mercado automotriz porque una inmensa cantidad de consumidores ya no deseará ser dueño de un automóvil porque, además de que se podrá llamar a un vehículo con su teléfono, se evitará el gasto de la inversión en un coche nuevo, no tendrá que pagar tenencia ni hacer erogaciones en materia de gasolina, seguros, estacionamientos ni reparaciones o mantenimientos en talleres. Las ventajas son enormes. No perderá tiempo en estacionarse ni buscará parquímetros. Los pequeñitos de hoy nunca tramitarán una licencia de conductor, por las ciudades circularán cada día menos vehículos. Los antiguos estacionamientos se convertirán en áreas verdes, ya no perecerán más de un millón de personas cada año en el mundo por accidentes de tránsito. Muchas compañías automovilísticas tradicionales tendrán que buscar alternativas viables antes de caer en bancarrota, al igual que las compañías de seguros enfrentarán desafíos financieros nunca antes vistos como consecuencia del desplome de las ventas automotrices y porque, sin accidentes, los costos de las primas serán más baratos. El modelo de negocio de seguro de automóvil desaparecerá. En el caso de Volvo se dejaron de fabricar motores de combustión interna en los modelos 2019, ya que todos serán eléctricos o híbridos, con la intención de eliminar los modelos híbridos. Volkswagen producirá 22 millones de autos eléctricos, sin olvidar que los principales fabricantes de autos invierten en la construcción de nuevas plantas para producir por medio de robots, solo vehículos eléctricos. Las ciudades serán menos ruidosas porque los autos nuevos funcionarán con electricidad, el aire será mucho más limpio, la electricidad será increíblemente barata y limpia, según lo menciona un futurólogo que no tiene empañada su bola de cristal, ya que la producción solar ha estado experimentando una curva exponencial durante 30 años, lo cual es comprobable al analizar los datos de la industria. Los talleres de reparación de automóviles desaparecerán porque los motores de gasolina cuentan con 20,000 piezas individuales, en tanto un motor eléctrico apenas tiene 20 y casi nunca se descompone como acontece con un refrigerador doméstico que toma 10 minutos retirarlo y reemplazarlo por otro por medio de un robot. ¿Qué decir de la repercusión que tendrá en el mercado el desplome de los pedidos de llantas, pintura, acero, vidrio, telas y equipos eléctricos ante la caída de la producción automotriz? Estamos ante la presencia de un complejo efecto en cadena en el que también se verán involucrados los bancos y las tesorerías de los gobiernos, ante el descenso masivo de la recaudación tributaria. Las gasolineras desaparecerán, en tanto los autos se surtirán con energía eléctrica en las esquinas o en los hogares de sus propietarios, como ya acontece en el mundo desarrollado. La industria del carbón también desaparecerá, se disminuirá el ritmo de perforación de pozos para extraer petróleo y procesarlo. Las casas habitación generarán y almacenarán más energía eléctrica durante el día y luego la utilizarán y la venderán a la red. De la misma manera en que muy pocos comprarían una cámara digital en nuestros días, gracias a los teléfonos inteligentes, con el paso del tiempo bastará con apretar un botón para tener toda una gama de automóviles a la puerta, con lo cual la compra de vehículos dejará de formar parte de los presupuestos familiares. El mañana ya llegó y toca la puerta con gran insistencia. Es mejor abrirle?